Las personas sordociegas, como su nombre lo indica, son personas que presentan una condición que les genera deficiencia visual y auditiva. Son un porcentaje bajo de la sociedad mundial y por su condición, tienen bastantes limitaciones, necesitando de esta manera, la colaboración, comprensión y tolerancia de todos.
Según se suele afirmar, aproximadamente un 90% de las personas sordociegas, conservan un poco de audición y visión. Estas personas se comunican a través del tacto, la lengua de signos apoyada, el dactilológico en palma, la escritura en mayúsculas en su mano y/o el Sistema Braille.
Para visibilizar y sensibilizar esta condición, se celebra el 27 de junio de cada año, el Día Internacional de las Personas Sordociegas. De hecho, se escogió está fecha para homenajear a Hellen Keller, una estadounidense que nació un 27 de junio pero de 1880 y quien fue la primera persona sordociega que logró graduarse de una universidad.
¿Qué es la sordoceguera?
Debido a que se trata de una condición que combina la deficiencia visual y auditiva, a la sordoceguera se le considera una de las discapacidades más vulnerables del mundo.
En este sentido, existen dos tipos de sordoceguera: la congénita y el síndrome de Usher.
La congénita es la que se deriva de enfermedades virales durante el embarazo como la meningitis y rubéola, entre otras. También se comenta que, en algunos casos, la sordoceguera congénita aparece después del nacimiento a causa de un traumatismo.
Por otro lado, el síndrome de Usher es el tipo de sordoceguera más frecuente. Se trata de la unión de una sordera congénita con una retinitis pigmentaria (problemas oculares que afectan la retina). Según expertos, el síndrome de Usher puede aparecer en la adolescencia, así como en la vida adulta. A medida que transcurren los años, este síndrome puede ocasionar a una ceguera total en la persona que lo padece.
Necesidades básicas de las personas sordociegas
Al igual que el resto de la población, las personas sordociegas tienen sus necesidades básicas, así como, el derecho a recibirlas para mejorar su calidad de vida.
En este sentido, las personas con esta condición tienen el derecho de desarrollar todas sus potencialidades como cualquier otro ser humano. Sin embargo, por su condición, necesitan la ayuda de especialistas que se encarguen de su educación, salud e inserción en el campo laboral.
Asimismo, es importante la enseñanza del lenguaje oral como herramienta efectiva para que los sordociegos puedan comunicarse con las demás personas.
De igual forma, deben tener la posibilidad de contar con la ayuda de un buen intérprete que facilite el entendimiento y desenvolvimiento de las personas con esta condición en la sociedad.
Además, los hombres y mujeres con sordoceguera tienen derecho a una vida social activa, así como a distintas actividades recreativas en su tiempo libre. Por supuesto, estas actividades recreativas deben adaptarse a su condición.
Del mismo modo, de acuerdo con la Declaración de las Necesidades Básicas de Las Personas Sordociegas, que se elaboró en Estocolmo en 1989, cuando las personas sordociegas llegan a una edad madura, deben tener el privilegio de poder disfrutar de un alojamiento digno, con una asistencia supervisada.
Evidentemente, el Día Internacional de las Personas Sordociegas es una fecha importante para dar a conocer esta condición que padecen miles de personas que en todo el planeta y que representan un porcentaje de nuestra sociedad. Además, a través de esta efeméride se demuestra la determinación y el coraje de estas personas, quienes a pesar de sus limitaciones, enfrentan día a día las adversidades que se les presentan.
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