Las abejas, esos polinizadores que, según se suele afirmar, son los seres más trabajadores del planeta. En este sentido, para generar conciencia sobre la importancia de los polinizadores y las amenazas a las que se enfrentan, se celebra el 20 de mayo de cada año, el Día Mundial de las Abejas.
Gracias al trabajo que realizan las abejas, junto con otros polinizadores, se beneficia toda la humanidad, el medio ambiente y la naturaleza en general. En el proceso de transportar el polen de flor en flor se logra la existencia de una gran variedad de frutas, verduras y semillas, lo que indudablemente contribuye con la seguridad alimentaria.
Además, para nadie es un secreto que las abejas son productoras de miel, cera, propóleo y otros productos que por lo general, se usan con fines alimenticios y medicinales.
¿Por qué se celebra el 20 de mayo?
En octubre de 2017, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 20 de mayo como Día Mundial de las Abejas. Esta fecha coincide con el nacimiento de Anton Janša, pionero en las técnicas modernas de apicultura en Eslovenia. Janša, reconoció a estos insectos por su habilidad para trabajar duramente requiriendo muy poca atención. Precisamente Eslovenia fue el país que impulsó la celebración del Día Mundial de las Abejas.
Importancia de las abejas para nuestro planeta
Según se suele afirmar, más del 70% de la agricultura mundial, depende de la polinización que llevan a cabo las abejas. Trabajo esencial para la reproducción de las plantas, que a su vez está relacionado con la existencia de la fauna.
Éste es tan sólo uno de los aspectos más importantes para preservar la vida de estos pequeños zumbadores. Expertos aseguran que, la simbiosis entre estos insectos y las plantas con flores genera una rica diversidad de vida en la Tierra.
También se suele afirmar que, si las abejas no hicieran la ardua labor de polinización, las plantas no vivirían y los animales herbívoros no tendrían alimentos. A su vez, si los herbívoros no sobreviven, no podrían alimentar a los animales carnívoros, por lo que estos tampoco vivirían y no podrían alimentar a los seres humanos. A esto se le suma que, la humanidad se quedaría además sin frutas y verduras de no existir el proceso de polinización.
En este sentido, el cuidado de las abejas es de vital importancia para mantener nuestra seguridad alimentaria. Por lo tanto, crear jardines para polinizadores con plantas nativas del área sin insecticidas, proteger colonias de abejas y conservar los ecosistemas forestales ayudaría en gran medida a preservar está especie, tan importante para el planeta y que se encuentra en peligro de extinción.
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