Lejos del ambiente playero, Ouro Preto es una de las ciudades más históricas de Brasil. Se ubica en la Región Metalúrgica del Estado de Minas Gerais y es un sitio montañoso que muchos consideran un museo a cielo abierto, construido sobre minas de oro de épocas coloniales.
Traducido al español, el nombre de esta ciudad quiere decir oro negro. De hecho, su nombre se debe al tono oscuro de las primeras piedras de oro que se encontraron en la zona y que tenían una camada de óxido de hierro sobre ellas. Sin embargo, en un principio se llamó Vila Rica o Villa Rica.
Fue la capital del estado de Minas Gerais por casi 70 años, pero en 1890 Belo Horizonte tomó su ese lugar. En este sentido, vale la pena mencionar que, aunque ya no sea la capital, se mantiene como una de las ciudades más turísticas de Brasil, gracias a la conservación de su estilo barroco.
La ciudad sin tiempo
Algunos turistas la denominan la ciudad sin tiempo, esto se debe precisamente a que es una de las ciudades coloniales mejores conservadas del Gigante Suramericano, donde pareciera que el tiempo no ha transcurrido.
Según se comenta, la conservación de Ouro Preto tiene mucho que ver con el cese de las funciones de la mina de oro. Esto ocasionó que muchas personas emigraran a otras ciudades de Brasil, dejando Ouro Preto con poca población y sin construcciones de edificaciones modernas.
También se suele afirmar que, por sus calles empedradas, que suben y bajan según la ondulación de la montaña, hace aproximadamente 3 siglos los esclavos transportaban a las damas de la aristocracia en sillas tapizadas de seda.
Plaza Tiradentes
El principal punto de encuentro de Ouro Preto es la plaza Tiradentes, cuyo nombre es un homenaje a un mártir de la revuelta por la independencia de la corona portuguesa. Esta historia es bien contada por los guías del Museo de la Inconfidencia Minera, quienes según cuentan, son en su mayoría descendientes de esclavos y rebeldes.
En este sentido, la plaza tiene en su centro una estatua de aquel héroe mítico (Tiradentes) y a su alrededor se encuentran el edificio del Ayuntamiento, el Palacio Imperial y la Iglesia do Carmo. Además, cerca de la plaza, se encuentra una feria artesanal, clásica y pintoresca, donde se pueden adquirir platos en cerámica y pequeñas esculturas con motivos religiosos y folklóricos.
Las iglesias de Ouro Preto
Esta ciudad colonial cuenta con 11 iglesias, 12 capillas y 7 estampas del Vía Crucis. De hecho, en Semana Santa, se realizan numerosas procesiones con mucha iluminación y con calles cubiertas de flores. La iglesia más antigua es Nossa Senhora do Pilar, la cual es conocida por poseer un altar suntuoso construido con 434 kilos de oro y en cuyo subsuelo funciona un museo de arte.
La Mina de Ouro da Passagem
Muy cerca de Ouro Preto, se encuentra la Mina de Ouro da Passagem, considerada la mayor mina de oro abierta al público del mundo. Por supuesto, una parada obligada para los turistas que visitan Ouro Preto. Tiene 120 metros de profundidad que se descienden en un carrito minero y en penumbras, para llegar a las galerías subterráneas, apenas iluminadas. En lo más profundo de la mina se ubica un lago natural de color turquesa, que ofrece la oportunidad de practicar buceo subterráneo.
Gastronomía
Según se suele afirmar, la abundante y exquisita gastronomía de Minas Gerais, surgió del hambre. Resulta que en el período de la minería, muchas personas murieron de hambre con las manos llenas de oro. La zona no estaba destinada a plantaciones, así que la alimentación era cara e inaccesible. Poco a poco, la población fue superando su alimentación.
En este sentido, la base de los platos más tradicionales de los mineros nació en los patios de los hogares, donde había pollo, huevos, cerdo, porotos, maíz y verduras. Asimismo, las influencias africanas, portuguesas e indígenas, se encuentran presente en la gastronomía de Minas Gerais.
Por lo tanto, algunos platos típicos que se pueden encontrar en Ouro Preto son: el tutú mineiro, un puré de frijoles negros; el lomo de cerdo con frijoles, mandioca y coliflor picada y la galinha guisada (pollo cocido en su sangre, sazonado con vinagre y especias).
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