Al igual que la salsa, uno de los géneros musicales bailables más conocidos y gustados en la comunidad hispana es el irresistible merengue dominicano.
Tal como indica su identificación, este ritmo nace en República Dominicana de la mezcla de lo africano y lo europeo. Dando como resultado esa sabrosura caribeña que en su caso le añadieron los dominicanos.
Este ritmo pegajoso y fácil de bailar tiene su origen a mediados del siglo XIX. Para esa época, se populariza en las ciudades más pobladas de Republica Dominicana en sustitución de la contradanza europea.
Orígenes del calificativo merengue
Existen muchas teorías acerca del nombre y los comienzos de este género tropical. Una de ellas es la de la musicóloga dominicana, Flérida de Nolasco. Para ella, el nombre merengue se origina del dulce de azúcar y clara de huevo conocido con el mismo nombre. Como una manera de asimilar que los ritmos cortos y precisos de este baile insinúan el batir de claras de huevos.
Por otra parte, otros escritores atribuyen el nombre a la palabra francesa “meringue”, a un dulce blanco europeo que llegó a Haití. Este legendario postre casualmente se realiza con la mezcla de clara de huevos y azúcar. Se agrega que con el tiempo, los haitianos comenzaron a usar esta palabra para referirse a un género musical bailable.
Cuenta el reconocido historiador dominicano Emilio Rodríguez Demorizi, que el merengue surge como una modalidad de danza entre los años 1844 y 1855 en la naciente Republica Dominicana. Años más tarde se convirtió en un símbolo emblemático de ese país que posteriormente se popularizó en Latinoamérica y el caribe.
Perico Ripiao y el Merengue de Orquesta
Al igual que otros géneros musicales bailables el merengue tiene sus variantes. El estilo más antiguo es el merengue típico o “Perico Ripiao”, que es acompañado con acordeón, güira y tambora.
El nombre de “Perico Ripiao” apareció a principios del siglo XX, cuando el merengue se cuela en los estratos sociales más populares de la ciudad de Santiago conocida como el Cibao. Cuentan que precisamente está asociado a un prostíbulo llamado “Perico Ripiao”.
Suele afirmarse que para aquel entonces en República Dominicana, “ripear el perico” hacía referencia al acto sexual. Como el merengue era la música que más se escuchaba en ese local, la gente empezó a asociar el género con el nombre del lugar. Por lo tanto se popularizó la frase: “vamos a bailar un perico ripiao”.
Por ser considerado un ritmo ordinario, el merengue era rechazado por la clase social más alta de ese país. Al parecer, fue el interés del dictador Rafael Leónidas Trujillo por elevar y mantener su popularidad entre las masas que impulso la llegada del irresistible ritmo a todas las clases; convirtiéndolo en un símbolo dominicano.
A partir de 1950, se crean orquestas de merengue. Se agregan instrumentos como la trompeta, el saxofón, el contrabajo y nace el denominado merengue de orquesta. En los años 60 la migración de dominicanos hacia Nueva York le permite lograr un alcance fuera de la isla.
Es en esa época que surgen reconocidas figuras como Francis Santana, Frank Cruz, Alberto Beltrán y el Joseíto Mateo, conocido como rey del merengue y Tatico Henriquez. Entre los merengues hoy considerados clásicos de aquel momento están los temas: “El negrito del Batey”, “Caña brava” y “Compadre Pedro Juan”.
Los 70 y la época dorada
La década de los 70, representa para el merengue, su consolidación en el amplio espectro hispano. Se populariza a gran escala este ritmo irresistible ideal para animar las fiestas de las familias latinoamericanas. En esos años se destaca Johnny Ventura, conocido como el Caballo Mayor.
Ventura con su orquesta el Combo Show, le colocó humor a las letras de sus canciones dándole un toque innovador al género. Tal es el caso de uno de sus mayores éxitos “Un poquito para atrás por favor”.
Seguidamente aparece otras de las grandes figuras Wilfrido Vargas. Con su orquesta los Beduinos, Wilfrido revolucionó el merengue mostrando al público un estilo más acelerado.
Wilfrido quedará en ese espacio de la historia de la música caribeña, como unos de los artistas merengueros más importantes y reconocidos. Tanto por su trayectoria, como por el número de cantantes y músicos que impulsó, los cuales son en la actualidad ampliamente reconocidos.
De su orquesta los Beduinos, surgen talentosos cantantes como, Sandy Reyes, Mickey Taveras, Eddy Herrera y Jorge Gómez, a quien Wilfrido incluyó en su agrupación por su increíble voz aguda. En ocasiones, se llegó a confundir la voz de este cantante con la de una mujer por su capacidad de elevar el tono. Algunas canciones que interpretó Gómez en la orquesta fueron “El jardinero” en la primera parte y “El loco y la luna” entre otras.
Una mención particular también la merece Rubby Pérez. Este interprete sin igual dio sus primeros pasos profesionales en la agrupación “Los hijos del rey” una creación de Wilfrido. Logrando su consagración definitiva cuando pasa a formar parte de los Beduinos.
Las creaciones de Wilfrido
El éxito del merengue en esos años dio paso a su época dorada que llegó con los años 80. Tanto en República Dominicana como en Nueva York surgieron numerosas orquestas. Años después las nuevas generaciones fusionaron el merengue con otros ritmos caribeños e incluso con el rock and roll.
Una de las primeras agrupaciones creadas por Wilfrido fue “Los hijos del Rey”. Sin duda alguna haciendo mención al Rey del merengue Wilfrido Vargas, como comenzó a ser identificado.
En esa agrupación participaron Bony Cepeda, Raulín Rosendo y Fernandito Villalona como la voz principal. Todos ellos se ganaron una enorme popularidad que los llevó a independizarse profesionalmente y construir la reputación que ostentan en la actualidad.
Otra agrupación que alcanzó un gran impacto con el apoyo de Wilfrido, aunque no es de su creación, es “Las Chicas del Can”. De esta orquesta, cuya característica principal es que estaba integrada por mujeres, surgieron muchas otras posteriormente. Las intérpretes Mirian Cruz y Eunice Bentances destacan entre otras no menos importantes que formaron parte de las chicas.
Se menciona entre las otras creaciones de Wilfrido a la denominada “Altamira Banda Show” y la “New York Band” que representa el alcance de la influencia de Vargas entre la populosa y renombrada comunidad de dominicanos y latino caribeños en el alto Manhattan de Nueva York.
Otras figuras destacadas del merengue
De la populosa comunidad neoyorquina también surgieron otras figuras. Tal es el caso de la destacada Milly Quezada, que emigró a muy temprana edad a la gran manzana, donde se graduó con honores en comunicación y medios. Ella, al mismo tiempo, construyó una carrera musical con la agrupación formada junto a sus hermanos. Milly es una de la merengueras con mayor reputación actualmente.
Una mención especial también merecen otras figuras y agrupaciones de República Dominicana. Entre estos podemos destacar a Sergio Vargas, cuya única afinidad con Wilfrido es la nacionalidad dominicana.
Sergio es un cantante al cual le costó mucho alcanzar el éxito, según el mismo suele contar, por su aspecto físico. Sin embargo, el humilde negrito de Villa, como también se le conoce, es uno de los cantantes con un respetable número de éxitos popularizados internacionalmente. Entre los que se pueden mencionar: “Los diseñadores”, “Al ritmo de la noche”, “Si algún día la ves”; su versión del súper éxito “La quiero a morir” y “Marola”, entre otros.
Otras agrupaciones de gran éxito son Cuco Valoy y su hijo Ramón Orlando Valoy; El conjunto Quisqueya; Los hermanos Rosario, Josie Esteban y la patrulla 15, entre muchos otros no menos importantes.
Merengueros de Puerto Rico
El irresistible ritmo también tiene sus representantes en la vecina Borinquen. De allí destacan, entre otros, la sin igual Olga Tañón y Elvis Crespo.
Los 90 y la actualidad
A finales de los 80 y principio de los 90, aparecen nuevas figuras del merengue, siendo una de las más destacadas, el reconocido músico y cantante Juan Luis Guerra. Con su grupo denominado Juan Luis Guerra y 440, este le dio al género un toque más estilizado de lo que estaba acostumbrado a escucharse.
Al parecer Juan Luis, criado en la clase media alta dominicana y con estudios en el prestigioso Berklee College de Boston, tenía inicialmente la idea de realizar una versión jazzística del merengue dominicano, y así cuenta lo plasmó en su primera producción titulada “Soplando”. Luego del fracaso comercial de la misma comenzó a reformular su proyecto.
Posteriormente salen sus primeras producciones discográficas con un Merengue más estilizado y con letras poéticas que ajustaban muy bien a la generación cercana a finales de siglo. Entre estos su álbum “Mientras más lo pienso, tú”, que incluye temas como “Tú” y “Me enamoro de ella”.
Alcanza una enorme popularidad con su disco “Bachata Rosa” y la consolida con el disco “Ojala que llueva café” que lo posicionó en los primeros lugares en Latinoamérica y España. Las canciones más gustadas de este álbum son “Woman del Callao”, “Visa para un sueño” y la que lleva el mismo nombre del disco. Desde entonces se convirtió en la gran figura de referencia del exitoso músico dominicano y embajador del merengue en el mundo.
Las nuevas tendencias
En la década de los 90, los hijos de los inmigrantes dominicanos en Nueva York, comenzaron fusionar el ritmo urbano estadounidense del rap y hip hop, de gran impacto social, con el irresistible ritmo dominicano. Es así como surge el merengue house o merengue hip hop.
Las primeras agrupaciones en lograr reconocimiento son: Proyecto Uno, Ilegales y los inolvidables Sandy y Papo. Después se dieron a conocer muchos otros entre los que destacan Fulanito.
Desde entonces el negocio y el gusto de las nuevas generaciones en la música cambiaron y de esos movimientos se fue imponiendo el ritmo urbano y sus vertientes. Sin embargo, el irresistible merengue no deja de bailarse.
Johnny Ventura vs Wilfrido Vargas
Todo parece indicar que esas rivalidades que se dan entre reguetoneros y raperos no son nuevas. En los años de gran auge del merengue dominicano, se dio una fuerte rivalidad mediática entre los grandes Johnny Ventura “El Caballo Mayor” y Wilfrido Vargas. El impacto de dicha rivalidad en República Dominicana dividió al país caribeño en dos: “los wilfridistas” y “los johnnyventuristas”.
Por un lado Johnny Ventura con su Combo Show, con un merengue más tradicional pero cargado de humor. Por el otro Wilfrido Vargas con su orquesta los Beduinos, quien aumenta la velocidad creando un merengue más rápido. Ambas propuestas tenían su público y sus detractores.
Se dice que la rivalidad fue tan fuerte, que se creó todo un show mediático entre los dos artistas. Uno de los rumores más recordados de aquella situación, fue la supuesta colocación de una bomba en un avión donde viajaría Wilfrido y su orquesta. Se acusaba al grupo de Ventura de elaborar aquel atentado. Sin embargo, luego se descubrió que la información era falsa.
También se comenta, que la creación de la orquesta Los hijos del rey por Wilfrido Vargas, tenía la intención de hacerle competencia al Combo Show de Johnny Ventura. Todo indica que la operación no resultó, dado que la agrupación comenzó a destacarse de tal manera, que en un momento determinado, Los hijos del Rey comenzaron a ser más requeridos que la orquesta de Wilfrido. Esto generó descontento en los integrantes de los Beduinos. De allí que posteriormente, Bonny Cepeda y Fernandito Villalona consolidaran su propia carrera.
En la actualidad, Wilfrido Vargas y Johnny Ventura aseguran que nunca existió tal rivalidad entre ellos, sino que fue algo que se generó entre los fanáticos y los medios de comunicación. Algo habrá sucedido para que en una oportunidad los dos aparecieran en un programa de televisión, negando cualquier querella entre ellos e incluso llegaron a grabar juntos, para calmar a los que creyeron en dicha rivalidad.
Lo que si es cierto, es que ambos son dos de los más grandes exponentes del merengue. Cada uno le ha dado su toque personal manteniéndose en la memoria colectiva de las familias latinoamericanas y caribeñas.
Algunos éxitos musicales de Johnny Ventura son “Patacón pisao”, “El tabaco” y “Capullo y Sorullo”. Por parte de Wilfrido Vargas se destacan “El africano”, “Soy un hombre divertido” y “El baile del perrito” entre muchos otros.
En la actualidad, el merengue sigue siendo por excelencia, uno los géneros bailables más escuchados en las celebraciones familiares, reuniones de amigos y eventos festivos. Sus intérpretes se han expandido por todo el mundo, contagiando principalmente al público hispano, con esa alegría que caracteriza a este irresistible ritmo tropical.