La salud digestiva es el equilibrio perfecto entre el sistema digestivo, el tránsito intestinal y la microbiota de nuestro cuerpo. Por supuesto, para lograr este equilibrio perfecto es necesario tener ciertos hábitos saludables, que incluyen una alimentación equilibrada. Algo que no se cumple mucho hoy en día.
En otras palabras, la salud digestiva es la ausencia de malestares o enfermedades del sistema gastrointestinal. Por lo tanto, podemos decir que nuestro sistema digestivo está saludable cuando no presentamos ninguna molestia.
Sin embargo, en la actualidad muchas personas consideran que es normal sentir pesadez o inflamación después de comer. Esto es el resultado de una cultura de años de malos hábitos, donde los malestares son comunes y terminan convirtiéndose en parte del día a día. En este sentido, expertos en salud digestiva aseguran que los malestares digestivos no son para nada normales. De hecho, se suele afirmar que, un malestar digestivo significa que algo no está funcionando bien en nuestro organismo.
Para concienciar a la población sobre la prevención y tratamiento de las enfermedades digestivas, se celebra el 29 de mayo de cada año el Día Mundial de la Salud Digestiva.
Día Mundial de la Salud Digestiva
A finales de mayo del año 2005, miembros de la Organización Mundial de Gastroenterología de Irlanda promovieron el Día Mundial de la Salud Digestiva. En aquella oportunidad, se realizó un evento que denominaron “Vive la buena vida: eres lo que comes”.
Se escogió el 29 de mayo para celebrar este día por coincidir con la fecha en que se fundó la Organización Mundial de Gastroenterología. Desde entonces, cada año se realizan campañas de salud pública en todo el mundo para dar a conocer la importancia de un estilo de vida que garantice la salud digestiva.
¿Por qué somos lo que comemos?
Según se comenta, el origen de la frase somos lo que comemos se remonta al siglo XIX y se le atribuye al filósofo alemán Ludwig Feuerbach, quien en alguna oportunidad escribió: “Si se quiere mejorar al pueblo, en vez de discursos contra los pecados denle mejores alimentos. El hombre es lo que come”. Feuerback era un humanista y ateo que estaba en contra de la visión de la iglesia, que decía que los seres humanos únicamente necesitaban pan y agua para vivir.
Somos lo que comemos, es una frase que cobra bastante relevancia en los tiempos actuales, donde muchas veces elegimos nuestros alimentos de acuerdo a nuestra disponibilidad de tiempo, pero también de acuerdo a nuestra personalidad y forma de ver las cosas.
En otras palabras, comemos como somos y somos lo que comemos porque nuestra alimentación influye en nuestro cuerpo y mente. Por ejemplo, una persona que ejercite su cuerpo con cierta frecuencia, probablemente consuma alimentos saludables que le ayuden a mantener un cuerpo sano. Por otro lado, una persona sedentaria es más propensa a tener una dieta poco o nada saludable. En ambos casos, el tipo de alimentación tendrá consecuencias que se harán evidentes tanto a nivel físico como en la personalidad.
Indudablemente, una persona con una alimentación equilibrada desarrollará menos enfermedades que una persona que consuma comida chatarra, dulces y alcohol con bastante frecuencia.
Recuperar la salud digestiva
El sistema digestivo extrae los nutrientes de los alimentos ingeridos que servirán para producir la energía que necesitamos en nuestra actividad diaria. Además, genera las enzimas y microorganismos que forman los distintos órganos y sistemas de nuestro organismo. Pero esto solo ocurrirá si le damos a nuestro cuerpo la alimentación adecuada.
Por muy normal que parezca sentirnos con pesadez o inflamados después de comer, debemos desacostumbrarnos lo antes posible a vivir con malestares digestivos. Nuestro sistema gastrointestinal debe funcionar sin causarnos ninguna molestia.
En la mayoría de los casos, estas molestias son causadas por la mala alimentación, el estrés y el sedentarismo. Sin embargo, no todo está perdido, ya que haciendo unos pequeños cambios en nuestros hábitos podemos restaurar nuestra salud.
Entre los hábitos que nos garantizan una buena salud digestiva destacan la alimentación saludable, la actividad física, la hidratación adecuada y la eliminación del estrés. En otras palabras, la salud digestiva, despende de nosotros mismos y va acompañada de un estilo de vida saludable.
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