Atahualpa Yupanqui, considerado el padre del folklore argentino, fue un reconocido cantautor, guitarrista, poeta y escritor latinoamericano. Con su estilo personal, renovó la música de su país teniendo siempre presente las costumbres y la cotidianidad de Argentina.
En su obra musical se refleja el relato del día a día y la nobleza de las cosas. Con esa sencillez y un mensaje profundo, Atahualpa Yupanqui, logró conquistar varias generaciones. Para muchos, fue la figura más influyente del folklore argentino y un excelente embajador de su país en todo el mundo.
Aunque ya era conocido en Argentina, su carrera se consolidó durante su exilio en Francia, donde conoció a la destacada cantante Edith Piaf, quien sin dudarlo un segundo prestó su apoyo al talentoso cantautor argentino.
Orígenes de Atahualpa Yupanqui
Su verdadero nombre era Héctor Roberto Chavero Aramburu, pero mucho antes de convertirse en una figura de renombre decidió hacerse llamar Atahualpa Yupanqui. Según se suele afirmar, el cantautor argentino que nació el 31 de enero de 1908, eligió palabras del idioma quéchua para construir su nombre. Ata, significa “venir”, hu, significa “lejos”, alpa es la “tierra” y Yupanqui es “haz de narrar”, es decir, Atahualpa Yupanqui haría referencia a “el que viene de lejos para narrar”.
Sus padres, de orígenes indígenas y vascos, tuvieron a Atahualpa Yupanqui en Campo Cruz, Pergamino, Provincia de Buenos Aires. Antes de dedicarse a la música, militó en el Partido Comunista Argentino, jugó fútbol, practicó boxeo y un poco esgrima.
Finalmente, la música se convirtió en su vida, a tal punto que sus canciones –indudablemente- forman parte del repertorio del cancionero latinoamericano.
Algunas de sus canciones más destacadas son “Los ejes de mi carreta”, “Piedra y camino”, “Luna tucumana”, “Chacarera de las piedras”, “El Arriero” y “Trabajo quiero trabajo”.
Vale la pena destacar que, su segunda esposa, la francesa Nenette Pépin Fitzpatrick, que se formó musicalmente en Argentina, musicalizó varias de las letras más populares de Atahualpa Yupanqui.
Su encuentro con Edith Piaf
En junio de 1950, mientras Yupanqui cantaba en un club parisino, fue escuchado por la reconocida artista francesa Edith Piaf. Tras quedar encantada con la voz del argentino, Piaf le preguntó “¿Dónde trabajas?”. “En ninguna parte. Ya me voy, ya me voy a mi país” respondió el cantante. En ese momento, la cantante francesa le dijo en voz alta “No, París tiene que escucharte. Ven mañana a las 8 al Athenée con tu guitarra. Te enviaré el auto al hotel”.
Al día siguiente, ambos cantantes se encontraron en el lugar acordado. Edith abrió un recital en el que interpretó más de 20 canciones y luego dio a conocer a su acompañante. “Les presento a Atahualpa Yupanqui, un músico de mucho talento, a quien dejo cerrar el espectáculo. Quiero que lo escuchen como lo merece”.
Posteriormente, Yupanqui firmó un contrato con Chant du Monde y la Academia Charles Cros le otorgó el Primer Premio al Disco Extranjero. Ofreció más de 60 recitales en toda Francia y llevó su música a varias ciudades europeas.
Durante esos años en Europa, potenció su carrera y creó una de sus más grandes obras musicales y poéticas, “El payador perseguido”.
Fallecimiento de Atahualpa Yupanqui
El 23 de mayo de 1992 en Nîmes, Francia, falleció Atahualpa Yupanqui, padre del folklore argentino. Sus restos se encuentran en su Casa Museo, en Cerro Colorado, Córdoba, Argentina. En esta Casa Museo se exhiben fotografías del cantautor con reconocidos artistas nacionales e internacionales, publicaciones de libros, discos y partituras, entre otros objetos y curiosidades.
Su guitarra, su voz y sus vivencias formaron su legado artístico, que sin duda, cambió para siempre la cultura popular argentina y la dio a conocer al mundo.
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