El imponente Lago Titicaca, ubicado entre Perú y Bolivia, es uno de los tantos lugares sorprendentes de Latinoamérica. Se trata del lago navegable más alto del mundo, cuya altura sobrepasa los más 3800 msnm.
Entre sus aguas frías y azules, se conserva la identidad y la historia de las civilizaciones antiguas que poblaron los alrededores del lago. Para estas civilizaciones, el Lago Titicaca siempre fue un lugar sagrado.
En este post, repasaremos, la magia y los misterios que se esconden en este lugar sagrado de los andes peruanos y bolivianos.
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El Lago Titicaca desde Bolivia
Para visitar el Lago Titicaca desde el lado boliviano, necesariamente hay que llegar a Copacabana, un pintoresco pueblo de este país que se ubica a las orillas del lago.
Gracias al mágico atractivo de este lago, Copacabana ha tenido un notable desarrollo turístico en los últimos años. Es considerado uno de los mejores destinos tanto para bolivianos como para extranjeros, siendo la mayor atracción el Lago Titicaca. Además del lago, el pueblo cuenta con numerosas tiendas de artesanías, restaurantes y hospedajes.
Además, desde Copacabana se puede visitar la Isla del Sol, también conocida como Isla Titicaca. Pertenece a Bolivia y es la isla más grande del Lago Titicaca. Se cree que fue en la isla del Sol donde nació el Imperio de los Incas. Del mismo modo, se considera el lugar de nacimiento de todas las entidades más importantes de la religiosidad Inca, incluyendo el Sol.
El Lago Titicaca desde Perú
Al igual que en Bolivia, del lado peruano, el Lago Titicaca es uno de los destinos turísticos más visitados de ese país. Por lo tanto, miles de turistas de todas partes del mundo visitan el lago cada año.
Puno es unas de las poblaciones más cercanas al lago, por lo que se hace necesario llegar hasta este pueblo para visitar el lago desde Perú. No es de extrañar, que teniendo tan cerca el Lago Titicaca, Puno, sea una ciudad dedicada al turismo.
Por supuesto, también se realizan otras actividades como la pesca a orillas del lago, la artesanía y las celebraciones coloridas con danzas tradicionales.
Los caballitos de totora y las islas flotantes
Los famosos caballitos (balsas) de Totoras y las islas flotantes son algunas de las cosas que más llaman la atención del Lago Titicaca tanto del lado peruano como del lado boliviano.
La totora es una planta que abunda en sitios pantanosos y puede llegar a medir hasta 3 y 4 metros de altura. Por lo general, su cosecha se realiza en los meses de abril y mayo, que es la temporada de mayor resistencia de este junco. También es considerada una fibra vegetal acuática que desde tiempos antiguos ha estado relacionada con distintas culturas originarias de Bolivia, Perú y Chile.
En la actualidad, tanto en Perú como en Bolivia, se conserva la tradición milenaria de construir balsas de totora. Con estas embarcaciones artesanales, los pobladores navegan a diario las aguas del Lago Titicaca, algunos para pescar y otros para pasear turistas.
La totora, también es la materia prima con la que se construyen las famosas islas artificiales de los Uros, cultura milenaria de Perú y Bolivia. Sin duda, estas islas son uno los símbolos más representativos de esta enorme extensión de agua.
Hoy en día, las islas artificiales del Lago Titicaca son toda una atracción turística imprescindible para todo viajero. Sin embargo, su origen se remonta a tiempos prehispánicos. Se cree que los Uros, presintieron las invasiones de los incas y los españoles mucho antes que estas ocurrieran. Por lo tanto, en su propia autodefensa decidieron aislarse y desarrollar su cultura y su vida cotidiana en medio del lago, viviendo en islas flotantes.
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Misterios y leyendas del Lago Titicaca
Expediciones e investigaciones científicas han revelado misterios y secretos ancestrales que se esconden en las profundidades del Lago Titicaca. Construcciones gigantescas como templos y monumentos, así como, artefactos y utensilios únicos, indican que siglos atrás existió una ciudad que ahora está sumergida en el agua.
Estos descubrimientos demuestran el increíble avance tecnológico, astronómico y de ingeniería de las civilizaciones antiguas que habitaron la zona antes que se convirtiera en un inmenso lago. Algunas personas aseguran que estas culturas prehispánicas fueron ayudadas por seres extraterrestres. Sin embargo, hasta ahora no se ha comprobado una intervención alienígena que impulsara el desarrollo de estas magníficas construcciones.
También se suele afirmar que, antiguamente esta región era un hermoso paraíso donde los pobladores vivían tranquilos y felices todo el tiempo. Solo debían obedecer el mandato de los dioses Apus, quienes no les permitían subir a las cimas de las montañas donde ardía el fuego sagrado.
Tiempo después, algunos hombres influenciados por un espíritu maligno comenzaron a subir a las cimas. Como castigo, los Apus utilizaron grandes pumas que salieron de las cavernas y comenzaron a devorar a los hombres.
Luego del exterminio, El Dios del Sol lloró durante 40 días. Sus lágrimas eran tan grandes que inundaron todo el valle y solo lograron salvarse un hombre y una mujer que navegaban en una balsa de totora.
Cuando el sol dejó de llorar, el hombre y la mujer se sorprendieron al ver que estaban en medio de un inmenso lago y sobre sus aguas flotaban los pumas ahogados y convertidos en estatuas de piedra. De ahí surge el nombre “Titicaca”, que en lengua quechua significa “Puma de Piedra”.
También te invitamos a leer nuestro post “La poesía y los bosques en el mundo del inconsciente colectivo”.