La expedición Kon-Tiki fue una de las travesías de mar abierto más sorprendentes de la historia. Se trató de una aventura de 6 hombres que zarparon en una balsa desde Perú y 101 días después llegaron a la Polinesia.
El objetivo de esta expedición, era probar que la Polinesia pudo haber sido colonizada hace más de mil 500 años por antiguos navegantes del Perú. El explorador noruego Thor Heyerdhal, estaba convencido que en la antigüedad existió un desarrollo extraordinario por parte de las civilizaciones que poblaron el actual Perú, antes del Imperio Inca.
Heyerdhal, creía mucho en leyendas que hablaban de una raza de semidioses que poblaron parte de Suramérica, encabezada por un príncipe sacerdote representante del sol.
En este post repasaremos la interesante aventura de la Kon-Tiki, un viaje en balsa desde Perú hasta la Polinesia.
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¿Cómo surgió la idea de la Kon-Tiki?
Para hablar de la idea de la Kon-Tiki, es necesario hablar un poco de los orígenes de Thor Heyerdahl, quien desde niño fue amante de la naturaleza, por lo tanto, admiraba las plantas y los animales. Tanto era su amor por la naturaleza que, en su natal Noruega implementó un pequeño museo zoológico en su casa, mientras cursaba la primaria. Años más tarde, ingresó en la Universidad de Oslo, donde estudió zoología y geografía.
En 1937, Heyerdahl y su esposa viajaron a la Polinesia. A partir de ese momento, el explorador noruego se dedicó a demostrar que los océanos no aislaron a las distintas culturas durante los últimos 5 mil años. Estaba convencido que en la antigüedad, el hombre ya construía barcos para cruzar los océanos.
Para llegar a esta conclusión, Heyerdahl estudió la forma de vida, tradiciones y costumbres polinesias. Además, conoció varias leyendas que relataban que los hombres del Pacífico Sur y América llegaron a las islas de la Polinesia. Estas leyendas le hicieron cuestionar la clásica teoría sobre el poblamiento de la Polinesia, que dice que hombres del sur asiático navegaron 5 mil millas a contracorriente. Para Thor, esto era una hazaña poco probable. Por lo tanto, quedó convencido que los primeros pobladores de la Polinesia llegaron del pacífico suramericano, tal como los hicieron la flora y la fauna.
Luego de un estudio intensivo sobre los orígenes de la raza y cultura polinesias, Heyerdahl, sugirió que la migración a la polinesia tuvo sus orígenes en las costas de la Columbia Británica y del Perú. De hecho, aseguraba que los primeros colonos de la Polinesia llegaron desde Perú hacia el 500 después de Cristo.
Luego de finalizar la Segunda Guerra Mundial, Thor emprendió la memorable expedición Kon-Tiki, para demostrar su teoría ante los escépticos.
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Construcción de la balsa Kon-Tiki
En las selvas ecuatorianas (Frontera con Perú), los compañeros de expedición de Heyerdahl (4 noruegos y 1 sueco) consiguieron la madera balsa para construir la Kon-Tiki. Luego, en las costas del Callao, Perú, Thor y sus amigos recibieron ayuda de la Marina de Guerra de ese país.
Para elaborar la Kon-Tiki, se usaron 9 grandes troncos de madera de balsa de unos 60 centímetros de diámetro, que formaban la base. Según suele afirmarse, también se usó cañas de bambú y totora para construir la embarcación. En el centro se hizo una cabina para guardar y proteger el equipo de radio, los instrumentos meteorológicos e hidrográficos, así como, los objetos personales.
Además de todas las peripecias para construir la Kon-Tiki, Heyerdahl recibió financiamiento y donaciones de varios países.
Finalmente el 28 de abril de 1947, Heyerdahl y sus 5 compañeros abordaron la Kon-Tiki en el Callao y cruzaron 8 mil Kilómetros de mar para llegar a la Polinesia en 101 días. Específicamente, llegaron al Atolón de Raroia, en el Archipiélago de las Tuamotu.
La relación de la Kon-Tiki con Viracocha
Para realizar esta expedición, Heyerdahl, se basó en la leyenda de Viracocha, Dios de las culturas pre-inca, adoptado posteriormente por los Incas y considerado el creador del mundo, del sol y de la luna. De hecho, la balsa usada para la expedición se trató de una copia similar a las antiguas embarcaciones de los antecesores de los Incas.
De acuerdo con las teorías de Heyerdahl, los hombres de las culturas pre-inca, eran blancos, de alta estatura, de nariz aguileña y barba ondulante. Su último asentamiento en América habría sido el altiplano que rodea el lago Titicaca.
Al ser expulsados por los antecesores de los Incas; Kon-Tiki, el príncipe sacerdote, se salvó con algunos compañeros de una terrible masacre. Escapó hacia la costa y se perdió en las aguas del océano Pacífico.
Heyerdahl llegó a la conclusión que, Kon-Tiki, se había salvado de la matanza huyendo hacia las islas de la Polinesia. Por tal motivo, el explorador noruego bautizó la balsa con el simbólico nombre de Kon-Tiki.
La experiencia de la expedición
Según lo vivido por el mismo Heyerdahl, todas las noches se topaban con peces voladores sobre la cubierta de la embarcación. Además, durante la navegación, en los troncos en enredaron varios cangrejos, que sirvieron de comida para los tripulantes. Ante esta experiencia, Thor concluyó que era imposible que los antiguos navegantes pasaran hambre durante su recorrido.
Tras 93 días de navegación, Heyerdahl y sus compañeros observaron la costa de Puka-Puka, perteneciente al grupo de islas Tuamotu. 4 días después, llegaron a la isla de Amgatu, donde avistaron una aldea rodeada de árboles gigantescos y a decenas de polinesios que se sorprendieron al verlos.
2 nativos se acercaron en una canoa y subieron a bordo de la Kon-Tiki para abrazar a los expedicionarios europeos. Se trataba de las primeras personas que los navegantes veían luego de 97 días en alta mar.
Las duras condiciones impidieron que la Kon-Tiki llegara a la playa. Pero luego de una lucha titánica de 3 días, la embarcación encalló en el atolón de Raroia, del archipiélago de Tuamotu, con todos los tripulantes vivos.
Un año después de la aventura de la Kon-Tiki, Heyerdahl, publicó el libro “La expedición de Kon-Tiki”, donde relata toda la experiencia vivida. Además, editó sus filmaciones del viaje, produciendo un documental que ganó un Oscar de la Academia en 1951.
Sin duda, una gran hazaña que superó todo el escepticismo que se generó con respecto a las teorías de Thor Heyerdahl. Con esta expedición, el explorador noruego probó que los aborígenes si podían haber tenido habilidades muy desarrolladas para la navegación en alta mar. Por lo tanto, los antiguos peruanos pudieron haber llegado a la polinesia de esta manera y ser los primeros pobladores de esas islas.
También te invitamos a leer nuestro post “Conociendo el Lago Titicaca”.