La Isla de Pascua, perteneciente a Chile, es una de las regiones más aisladas del planeta. Se ubica en la polinesia a más de 3 mil 500 kilómetros al oeste del territorio continental. Desde hace casi 3 milenios es habitada por los rapanui, un pueblo descendiente de los polinesios que se referían a la isla como “Te pito” o “Te henua”, que quiere decir “El ombligo del mundo”.
Por supuesto, los Moais son el legado arqueológico más visible e impresionante de Isla de Pascua. Se trata de gigantescas estatuas de piedra construidas por los nativos de isla desde aproximadamente el siglo XIII. Sin duda, los Moais, constituyen la expresión cultural más grande de esta isla y un reflejo fiel de las tradiciones de los rapanui.
Además de las estatuas gigantes, hoy en día, la Isla de Pascua conserva otros vestigios ancestrales de los rapanui, incluyendo su idioma que junto con el español es el idioma oficial de la isla.
Un poco de historia
Antes de la llegada de los rapanui, la Isla de Pascua estuvo inhabitada durante mucho tiempo. Posteriormente, nativos de otras islas cercanas (los polinesios) se asentaron en esta isla. Se cree que esto sucedió hace casi 3 milenios atrás.
También se cree que, estos primeros pobladores habrían introducido el arte de esculpir roca. Un texto tallado en roca que habla de la primera expedición hacia Isla de Pascua, confirma esta teoría. El relato encontrado habla del rey Hotu Matu’a y su preocupación por regresar a su tierra nativa en busca de una escultura de piedra.
Otros indicios de esta teoría, son los monumentos existentes en otras islas de la polinesia, como las islas Marquesas y Tahití, donde se han encontrado esculturas similares a los Moais.
En 1722, se produjo el primer contacto con colonos europeos y como era de esperarse, a partir de ese momento empezó un proceso de esclavización y mestizaje. El 5 de abril de ese mismo año, el explorador holandés Jakob Roggeveen, descubrió la isla. Por aquel entonces, se celebraba la Pascua según la tradición católica, por lo tanto, Roggeveen, la nombró la Isala de Pascua. Sin embargo, su nombre original es Rapa Nui.
En 1888, la isla fue anexada por el gobierno chileno y se reservó una zona en la costa occidental para la población rapanui y el resto del lugar quedó para el pastoreo de ovejas y vacas.
Los gigantes de piedra de la Isla de Pascua
Para nadie es un secreto que, los Moais, las estatuas de piedras gigantes, son el símbolo de la cultura rapanui y su principal atracción turística. Según suele afirmarse, estas estatuas de piedra vigilan la isla desde hace siglos
De hecho, en el idioma rapanui, los Moai se llaman Moai Aringa Ora. Esto quiere decir “el rostro vivo de nuestros ancestros”.
Actualmente, existen más de 900 Moais en toda la isla. En esta cuenta, se incluyen los que no están terminados y también a los que han sufrido deterioro por el paso del tiempo o por las guerras internas que sufrieron los nativos.
De las más de 900 estatuas, aproximadamente unas 400 o más, se encuentran en la base del volcán Rano Raraku. De hecho, se suele afirmar que, la piedra utilizada para tallar estas esculturas proviene de ese volcán.
Otro dato curioso de estos gigantes de piedra, es que algunos de ellos ocultan cuerpos completos con manos y pies debajo de un montón de tierra.
Turismo en la Isla de Pascua
Por supuesto, el turismo representa la primera actividad económica de esta isla, el cual se hace de manera sostenible y respetuosa con la naturaleza. Vale la pena mencionar que, el 40% de la Isla de Pascua forma parte del Parque Nacional Rapa Nui, un espacio protegido.
Por otra parte, casi el 90% de la población de la isla vive en Hanga Roa, la capital. Se estima que, la cantidad de turistas que llegan a la Isla de Pascua es de aproximadamente unos 50 mil visitantes al año.
La isla, se ubica en medio del Océano Pacífico, formando parte del continente de Oceanía y a su vez del territorio insular chileno. Además, el lugar, posee uno de los pocos ambientes subtropicales de Chile, con temperaturas cálidas y de alta humedad. Por lo tanto, se recomienda llevar ropa ligera, zapatos cómodos, chaqueta impermeable y protector solar.
Además, lo más importante es vivir la experiencia de conocer este impresionante lugar, que también cuenta con playas paradisíacas. Por otro lado, compartir con la cultura rapanui, indudablemente, genera otra perspectiva de la vida, ya que el tiempo en Isla de Pascua corre de manera diferente y los rapanui van a su propio ritmo.
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