Pesebre venezolano

El Pesebre o Nacimiento Venezolano.

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Diciembre es un mes que entra con alegría y en Venezuela al igual que en otros países se celebra la Navidad. Es momento de encuentros familiares para conmemorar el natalicio del Hijo de Dios y es una costubre popular construir el conocido pesebre o nacimiento venezolano.

Es una época donde el venezolano y todo el mundo Cristiano festejan con emoción a través de la representación del pesebre en cada hogar, oficina o sitio de trabajo, el nacimiento del Niño Jesús.

Epoca de esperanza, de comienzo de nuevas metas, recordar seres queridos, tiempo de crear un ambiente de alegría, disfrutando entre música, reuniones y  deliciosos platos propios de cada identidad  cultural.

Orígenes del Pesebre.

El pesebre venezolano se origina de las tradiciones españolas traídas a América por los colonizadores.

Sus inicios  remontan en las Navidades del año 1223, cuando a San Francisco de Asís le fue otorgado el permiso papal para instalar el primer nacimiento en el bosque de Greccio en Italia.

San Francisco modeló cada una de las figuras, las organizó de manera que pudieran expresar  la celebración de una fiesta para los niños, ya que esta representación estaba dedicada a un niño, a Dios hecho niño.

Desde entonces se inició la tradición del pesebre o nacimiento.

Algo de Historia.

Teniendo sus orígenes en Italia, las primeras figuras de arcilla llegan a España hacia 1448 provenientes de Nápoles, donde se representaba el nacimiento del Niño Dios solo en las iglesias.

Luego las figuras comenzaron a fabricarse en España en el siglo XVI y en el XVII se inició la fabricación de las mismas en cera y madera por escultores reconocidos.

Fue a finales del siglo XVIII que se popularizó el pesebre en España, cuando Carlos III dejó el trono de Nápoles para llegar a España como emperador trayendo su gran apego a los nacimientos.

Esta costumbre echó raíces entre la nobleza quienes encargaron obras a famosos tallistas  y se dio un proceso más rico en América a partir de la colonización española.

De la suma de la riqueza creativa artesanal a medida que se producían las fusiones culturales que nos conformaron como hispanoamericanos, nuestra cultura aportó al pesebre elementos materiales en los que se resolvía la fe colectiva y la individual.

En la actualidad.

Año tras año en Venezuela se recrea la costumbre de colocar el pesebre, lo mismo ocurre en muchos hogares del mundo.

En esta actividad se involucran todos los miembros de la familia muy especialmente los niños quienes siempre están ansiosos de colaborar.

Van sacando las cajas donde se han guardado las figuras del pesebre, las casitas, ovejas, pastores, animalitos y todo lo necesario para construir la ciudad de Belen.

Las figuras principales del pesebre que no pueden faltar son la Virgen María, el Niño, San José, la mula y el buey, además de los tres Reyes Magos.

En cara rincón y región del País, las personas han utilizado sus propios recursos para elaborar el pesebre

Como ejemplo, en el estado Táchira, el pesebre es hecho por cada quien a su manera.

La casita del Niño se hace con veradas y flores de caña brava; el piso de lama y musgo de los páramos; sobre las piedras se posan las ovejitas labradas en anime.

Con algunas variantes en la forma de realizar el pesebre, en toda Venezuela, se despliega una amplia artesanía popular, dando testimonio de fe y orgullo familiar.  

El pesebre se coloca en la sala y sirve de motivo para la solemne celebración de “La Paradura y el Robo del Niño”.

Estas tradiciones estan relacionadas con la elaboración del nacimiento y  son fiel expresión de nuestra identidad como país.

Otras costumbres que celebran la navidad

En los últimos tiempos ha surgido el “Arbolito Navideño” que tiene su origen en el Asia Menor,  o el “árbol” de Bretaña o el “Noel” francés y más recientemente el “Espíritu de la Navidad”. 

Sin embargo, la imposición de otras costumbres no ha suplantado el tradicional Pesebre que nos llegó de España como fuente de  tradición cristiana para celebrar el nacimiento del Hijo de Dios en Belén.

De esta forma se unifican los valores y sentimientos humanos en un solo propósito de fraternidad.

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